Asado a leña de fin de año en camping El Durazno
Preparativos: Arrancamos diez horas más tarde de lo previsto. El auto regula en tres cilindros cuando lo paso a nafta. Quise solucionarlo en el taller mecánico de “Papichurro” pero evidentemente es un problema por encima de su enorme capacidad: el complejo del sistema de inyección, se menciona la palabra scanner y computadora sin llegar a ninguna solución. No tengo el dinero necesario, ni el tiempo suficiente para poder solucionarlo. Decidimos con Gripi y los chicos, Camilo, Román y Cielo, partir hacia Córdoba con el auto en esas condiciones. Buscamos por ruta 0 un camino para optimizar el GNC. Ruta 8 es la solución y el Gauchito Gil nuestro protector.
Nuevo desperfecto técnico: Descubrimos a la altura de
Pergamino que cuando prendemos el aire acondicionado, suena horriblemente la correa del alternador:
-¡”Papichurro” la puta que te…..!- grité sacando la cabeza por la ventanilla.
Parada estratégica: La noche cerrada nos
obliga a detenernos en un minúsculo pueblo del sur de Córdoba, llamado Chazón.
De pura casualidad conocemos al intendente del pueblo en un almacén de ramos
generales, le contamos los pormenores de nuestra situación tirándonos un
poquito abajo, nos invita acampar en el
Club Municipal del pueblo. Mientras armamos las carpa, se organiza en el club una fiesta. ¡Karaoke y baile toda lo noche! Adentro de la
carpa el piso tiembla y dormitamos con intervalos. “Nene Malo” suena hasta
altas horas de la madrugada:
-“Como me gusta la noche, como me gusta la noche, como me
gusta la noche, las rochas y las chetas bailando en mi coche…”-
Segundo día: Retomamos viaje 9.00 am, muy agradecidos por la hospitalidad recibida
de los parroquianos de Chazón. Nos
dieron comida y alojamiento gratuito. No por casualidad el nombre del intendente es Ernesto.
Después de soportar un viaje vibrante, con tres niños peleándose
en el asiento trasero, una multa de setecientos pesos por no llevar cinturón de
seguridad y las indicaciones poco claras de los lugareños, llegamos exhaustos al camping paradisiaco del
Durazno, partido de Yacanto de Calamuchita. Hicimos el camino inverso de Adán y
Eva: Del Infierno fuimos a parar al Paraíso.
Pasamos fin de año con un cielo lleno de estrellas y un río
inquieto siempre presente. Román nos enseñó los luceros que guiaron a los Reyes
Magos hasta el niño Jesús. Conversamos largo
y tendido. La gordita se durmió primero. Camilo y Román decidieron dormir en el
auto porque en la carpa hacía mucho frío. Pasamos tres días maravillosos con
dos noches muy frías. Cielo aprendió a bailar el gangnam style el 31 a las doce,
con un cordobés de cuatro años llamado Emiliano.
El Durazno
Sofía y Cielo en la playa del Durazno. Gripi saca la foto.
El Durazno
Sofía y Cielo en la playa del Durazno. Gripi saca la foto.
¡Peligro! El auto tiene una pérdida de gas, ya tres
campamenteros me lo advirtieron. Yo sólo
trato de no aparcarlo cerca de una parrilla. Probé con un taller mecánico en Córdoba
capital, pero no hago buenas migas con el técnico. El habla efusivamente de
válvulas y pistones, pero no me acerca una solución. Pregunto todo el tiempo
¿ustedes sienten olor a gas?, con el correr de las horas mis compañeros de ruta
ya ni me responden… Seguimos camino a Capilla del Monte a pesar de las
contingencias.
Capilla del Monte es un pueblo al cual lo bordean las faldas
del Cerro Uritorco. La ciudad que parece sacada de un cuento gótico, cuenta con
una parroquia hecha en piedra, ladrillo y hormigón rústico. Según la leyenda
del lugar está construida sobre un cementerio indio. Las calles por la noche
son oscuras y silenciosas.
Los pueblerinos son
de cuerpos fibrosos, pero de carácter taciturno. Camilo y Román fueron al
centro y compraron ropa marciana, que tiene mucha onda. Gripi y yo no paramos
de hacer tareas domésticas, como lavar ropa, juntar leña y calentar agua.
De izq a der: Mauro, Román, Camilo, plaza de San Marcos Sierra.
De izq a der: Mauro, Román, Camilo, plaza de San Marcos Sierra.
Mirás para los costados y están siempre ahí, los cerros que
te aquietan el alma. Venía con un montón de preguntas para la montaña y ahora
me las olvide todas. Me respondió eso: que aprenda a olvidarme. En Capilla hay
tantos niños como personas adultas, es una buena proporción. Me prometo no
quedarme demasiado en lugares que no respeten este porcentaje. Gripi
“¿Te gusta la cerveza papi? Porque a mí me gusta la coca”. Ana Cielo.
Llevo un envase de cerveza Córdoba en la mochila “Barby” de
Ana Cielo. Pero casi no tengo tiempo para cargarla. Estoy del tobogán a las
hamacas. ¡Cielo no para! Espero poder tomar una cerveza bien fría en estás vacaciones. Mauro
Conflicto en el grupo: Hoy se avecinó un frente de tormenta. Nos peleamos todos los
miembros del grupo y casi nos volvemos con la cabeza gacha por ruta ocho. Por
suerte la sabiduría del cerro nos iluminó y pudimos conversar sobre las cosas
que nos molestaban del otro. En fin, cada uno aportó lo suyo. Aunque nadie
cambió de opinión, nos dimos cuenta que
todos queríamos lo mismo, subir al cerro Uritorco por el camino alternativo.
Culebrón estival: Camilo esta coqueteando con la vecinita del dormis de al
lado. El padre de la nena es “Amo y Señor” de la familia; la típica familia
patriarcal cordobesa. Estefanía es el nombre de la princesita que se muestra
interesada ante cada monería que hace Camilo. Ayer a la noche la interceptó
camino al baño y la atacó a preguntas: -¿Sabés que el centro está a seis
cuadras?- -¿Conocés un lugar para ir a bailar?-.
Espero que Camilo sepa manejarse con precaución, caso contrario, el padre, castigador por
herencia, nos va a cascar a todos.
El camino del conocimiento: Hicimos un aliado con Gripi, se llama señor Kosta, oriundo de Capilla. Tez morena,
de unos cincuenta y cinco años de edad. Tiene un bar cerca de la terminal de ómnibus,
pero el bar es sólo una fachada. Su verdadera vocación es el camino del
conocimiento. Después de la segunda cerveza le pregunto si conocía alguien que
se especializara en GNC, porqué mi auto tiene una fuga de gas en la válvula, le
explico. Me orientó hacia la persona indicada. El nagual Claudio, que vive en
las afuera del pueblo, me enseñó como cerrar la pérdida de gas cuando apago el
motor. Desde entonces, viajamos más tranquilos.
Salimos de Capilla rumbo a San Miguel de los Rios. En el
camino hicimos una parada en Villa General Belgrano para proveernos de alimentos
en nuestra estadía en San Miguel.
Villa General Belgrano: es una aldea ordenadita como living
de psicópata, pero nos sirvió para recorrer un poco la Alemania antes del “39 y
comprar víveres para nuestra última parada. En la villa abundan los locales de
cerveza artesanal, oktoberfest, madera a la vista, casas de té, cartelería
alemana… Gordos fofos y rosados, como un delfín en un estanque en el que no
entra ninguna otra especie. La perlita del lugar: “Adolfito”, regalería y
jabones artesanales.
San Miguel de los Ríos
Llegamos a media tarde a un angosto vado surcado por un río
torrentoso que baja del cerro como una serpiente plateada. El camping es
Ecofriendly. No hay luz eléctrica. Utilizan paneles solares para acumular energía
durante el día, para usarla de noche. Es un lugar muy tranquilo y de noche se
ve el cielo como en el planetario. Román sabe cuál es el cinturón de Orión y
afirma que los cometas están hechos de hielo y fuego. Mientras cenábamos, Camilo
y Román se pelearon casi a las piñas. Camilo se fue y no regreso hasta las 2
AM. Fue un momento de mierda.
San Miguel de los Ríos
San Miguel de los Ríos
Ultimo día de camping
Camilo y Román se amigan y pasan la tarde y la noche con un
grupo de chicos y chicas. Juegan a Verdad/Consecuencia, a la botellita. La
pasan realmente bien, los chicos se manejan solos y nosotros respiramos un poco.
Todos por primera vez nos sentimos parte del lugar y fantaseamos secretamente
vivir sin luz eléctrica y convertirnos en leñadores, excepto el auto, que
pierde gas en grandes cantidades.
-El auto está enfermado- Cielo.
Regreso
Día ocho de enero, amanece lloviendo. Seguimos durmiendo
mientras comienza a desatarse una tormenta y a humedecerse el piso de la carpa.
Cielo duerme como un oso panda y oímos como todo el mundo empieza a levantar
campamento. Cargamos los bolsos y nos marchamos en medio de la ventisca. Si el
río crece nos vamos a tener que quedar una semana.
Al viaje de vuelta le ponemos diez horitas, la ruta lechera
plagada de camiones y peajes injustificados, no nos detiene. La correa del
alternador si lo hace, rompiéndose en Santa Fé. Nuevamente se nos presenta un desafio. Quedamos detenidos en la banquina, miro a nuestro alrededor y sólo diviso a trescientos metros un hotel alojamiento. Me traslado hacia allí. Conozco un aliado inesperado, un hombre afable, con el torso desnudo, me recibe en el hotel alojamiento Venus. Me
da la dirección del mecánico del pueblo más cercano: Wheelright y me indica una muy buena estrategia para llegar sin la correa del alternador. Llegamos al fin al mecánico del pueblo. Todo sale muy bien. Siento un gran alivio, Dios nos ayudó. El mecánico es un hombre
sumamente gentil, cambia la correa rápidamente, no me cobra caro y seguimos
camino. Me gustaría poder vivir ahí para
poder tener de una vez por todas, un buen mecánico.
Los chicos están cansados, violentos y pedigüeños en el
asiento de atrás. A lo largo de todo el recorrido Camilo y Román repasan toda
la historia de Dragon Ball Z.
¿Mauro, cuando llegamos, me llevás directo a mi casa, ó
antes comemos? Román.
Román: -Cielo no me pegués-
Cielo: -No fui yo, fue la Barbie-
-Yo esto en mi casa no lo hago ni en pedo- Camilo (dibujando).
Pasada la medianoche arribamos a Escalada como náufragos
tocando tierra firme después de cruzar el Atlántico. Prendemos uno con Gripi en
el patio. Los chicos miran la tele. En Buenos Aires un aluvión de novedades de
toda índole nos lleva por delante… Cuando por fin estoy apagando las luces de
mi casa para irme a dormir, empiezo a extrañar al gato.
Mauro.
Mauro.
2 comentarios:
Siempre digo lo mismo, pero me encanta leerlos! Escondete tendria que tener un espacio en todos los medios.
Un abrazo gigante che
que bien las fotos!
Great aгtіcle.
Also visit my websitе - mouse click the up coming webpage
Publicar un comentario