Gripitours: les desea un buen viaje en este bondi repleto de poemas rimbombantes y sangrientos.
gripilandia.blogspot.com
miércoles, 23 de octubre de 2013
viernes, 29 de marzo de 2013
Domitila
Domitila es de familia obrera, cocinando sus empanadas
alimenta el espíritu libertario de sus compañeros.
Domitila no tiene niñera, carga a su guagua dormida
y reclama a viva voz frente a cualquiera.
Las Salteñas de Domitila están crujientes y jugosas,
vuelan de sus manos, como pichones de jilguero.
Ella baila entre los suyos, con su pollera rosada,
agitando la canasta, con la fuerza de su pueblo.
La Pacha le abrió los brazos y le hizo hasta los huesos.
Su hogar es una trinchera infalible, sus hijos su ejército
espiritual.
Y los brazos no se le cruzan, cuando hay que salir a pelear.
Esquivando, con viveza, el feminismo patotero.
¡Porque oprimidos somos todos!
Más vale alistarse a la lucha, de la mano de un obrero.
martes, 12 de marzo de 2013
"Un kilo de Espinazo"
"El suplicio de los espíritus ciegos es su ceguera misma"
Me gustaría poder graficar de la manera más simple algunas
nociones filosóficas de Baruj Spinoza, pero siempre que emprendí esta empresa
terminé abandonándola a mitad de camino, quizás porque no lo termino de
comprender del todo, o quizás porque nunca puse el suficiente esmero para poder
hacerlo. Esperemos que esta vez, resulte distinto.
Bueno, todos sabemos
que Spinoza nace en el seno de una familia judía influyente, que en su juventud
estudia exhaustivamente el antiguo testamento y el Talmud, y que antes de que
haya escrito lo que sea, es excomulgado y denunciado por la misma comunidad
judía. Es ahí entonces que Benedictus de Spinoza abandona todo: su herencia, su
religión, todo éxito social posible. No se le permite publicar libros,
básicamente porque el círculo intelectual hegemónico de aquél entonces lo
persigue por considerarlo un abominable
ateo. Sin embargo, él se la rebusca, vive de manera ascética y desarrolla el
oficio de pulidor de lentes. Trabajo que le permite desarrollar paralelamente sus dos grandes
obras, El Tratado Político y La Ética. Un minúsculo grupo de seguidores le
ofrece un cargo de profesor en la Universidad, pero él lo rechaza por
considerar al profesorado como una
actividad tan benévola, que debería pagarse para acceder a enseñar. Esta mirada
tan particular es la que empieza a esbozar a través de la correspondencia que mantenía
con un grupo de seguidores, donde establece sus primeras ideas, que luego
formarán parte de su obra más pretenciosa: La Ética.
Sería muy difícil para mí escribir como un filósofo. En
primer lugar porque no lo soy, y en segundo lugar porque me resulta muy
tedioso. Mi objetivo es generar cierta curiosidad en los lectores sobre algunos
temas sencillamente. Spinoza es uno de los filósofos del siglo XVIII, junto a Leibniz,
Descartes y otros pioneros más, que desarrollaron el concepto de Inmanencia.
¿Qué vendría a ser el plano de Inmanencia en Spinoza? Burdamente vendría a ser
que todo lo que ocurre proviene del interior de la causa misma. Para ser más
grafico. En lugar de concebir un Dios distante, trascendente, Spinoza inventa
un Dios inmanente, ¿qué quiere decir?, que toma a Dios de su barba encanecida y
lo baja a la tierra. Pueden ver lo revelador de este concepto, Dios deja de ser
algo inentendible y abstracto y pasa a ser algo común y corriente, al alcance
de cualquiera. Muchos llaman a esta corriente “Panteísmo”, puede ser, pero el
nombre es lo de menos, lo interesante es lo que subyace detrás de este concepto.
Según Spinoza, Dios vendría a ser una substancia absolutamente infinita, o sea,
el universo. En otras palabras, para conocer a Dios hay que saber sobre las
leyes de la naturaleza, para conocer a Dios hay que conocer la causa en sí, que
produce determinado fenómeno natural. En su libro “Tratado Teológico Político”
explica que ningún relato bíblico es absurdo o irracional. Todo lo contrario,
son completamente verídicos y ciertos. Él
explica que los textos bíblicos no tienen rigor científico porque no les
interesa resaltar ese aspecto de los hechos, aunque esto no quita que los
“milagros” que nos narra la Biblia no hayan ocurrido, o no hayan sido ciertos.
Por ejemplo: Cuando en un párrafo de la biblia dice: “Dios se manifestó en el
cielo”, el escriba que lo cuenta busca exaltar cierta emoción en el vulgo, pero
eso no quita que sea un fenómeno natural muy fácil de corroborar, que es la
refracción del agua en la luz solar, comúnmente llamado este fenómeno: Arco iris.
Bueno, para finalizar, porque no sirve de mucho que alguien
les explique algo que escribió otro y de manera tan suscinta. Como todos saben,
es mejor ir a la fuente. Por eso no entiendo como profesores de Filosofía del
CBC, tienen tanto éxito mediático, como José Pablo Feinman, que explica a Marx
y a Focault de una manera tan engorrosa y aburrida, que sólo nos estimula a
leer el horóscopo. Bueno dejando de lado al empresario Feinman , quiero
terminar con este concepto de Dios, como el que puede manifestarse de miles de
maneras, ejemplo: un gusano que se nutre de carne putrefacta, una araña que
deglute a su presa, etc, etc… Dios
vendría a ser la naturaleza infinita,
nosotros vendríamos a ser modos de ser o atributos de Dios. ¿Se entiende? O
sea, no lo malinterpreten, no es culpa de Dios que nosotros seamos unos
soretes, esta cualidad es responsabilidad exclusivamente nuestra, Dios no tiene
nada que ver con nuestro estado civil, con nuestro estado social, eso es algo que
inventamos nosotros, como las películas de Cowboys, ni siquiera los animales, ni las plantas... Todo eso, es
una responsabilidad nuestra.
Mauro
sábado, 9 de marzo de 2013
A Twittear!
Estimados lectores: tengo cuenta de twitter y me gustaría ser su follower y viceversa....
Todavía no le encuentro mucho la onda pero seguiré intentando. Para colmo de males virtuales me suspendieron la cuenta dos días por utilizar un lenguaje agresivo. ¡Twitter careta!
Bueno los invito a participar de esta mentira divertida, ji!
@Piedra_Libreee
Mauro Sartirana
Todavía no le encuentro mucho la onda pero seguiré intentando. Para colmo de males virtuales me suspendieron la cuenta dos días por utilizar un lenguaje agresivo. ¡Twitter careta!
Bueno los invito a participar de esta mentira divertida, ji!
@Piedra_Libreee
Mauro Sartirana
viernes, 22 de febrero de 2013
Zemeckis no es una moto.
El sentido es como un
botón que se sale y cae rebotando en un piso encerado y se esconde, se esconde
como una criatura detrás de un árbol, justo atrás de la pata gorda de la mesa
ratona.
El otro día vi la última película del grandote de Denzel
Washington. Grandote en todo sentido, y parece que ahora, convertido en un
ícono sexual, rara coincidencia de todo el mundo, pero viéndolo bien al tipo,
te dan ganas de conocerlo, de cebarle un mate…
La película es sobre un accidente de avión, y como toda película
catástrofe de entrada ya tiene lo suyo. Desde que vi por primera vez en el
cine, con mi mamá y mis hermanas, comiendo maní con chocolate, La aventura del
Poseidón (la vieja), quedé atrapada por los accidentes, la fatalidad, los
engranajes y los héroes que nacen en la desgracia ajena, como burbujas de
levadura en el agua tibia.
Pero la película habla básicamente de dos cosas: de los
ingredientes que hacen falta para cocinar un genio y de lo salada que te puede
salir la suerte a veces…
El piloto Denzel arranca un poco pasado de sueño, con una
linda chica en la cama y una exhortante ex esposa en el teléfono, evadiendo sus
circunstancias, como diría Ortega y Gasset, y con todas las condiciones para
convertirse en un pelotudo. Pero no, lo ves desparramado afrontando la mañana y
el vuelo por venir con un trago y un picotazo de energía acrílica y mentirosa,
acomodándose la camisa y encarando con una sonrisa. Y le creés, Denzel hace que
te pongas en su lugar, si vos estuvieras ahí también le ponés el pecho a las
balas y te levantás como el Lázaro, solamente porque es lo que corresponde y
punto.
Hay un viejo problema con los actores bajo el rol de
reventados y es el de la exageración, siempre terminan mandándose un poco la
parte. Excepto Courtney Love, pero Courtney Love no actúa, hace de ella.
Ejemplos como los de Gary Oldman, Ewan Mc.Gregor, Christian Bayle y Ray Liotta
no hacen más que confirmar esta teoría, aunque te hayas enamorado de cada uno
de ellos. Hasta el Drácula de Bram Stroker tiene algo de humanidad en sus
colmillos. Lo increíble de la actuación de Denzel es que no hace concesiones, y
está actuando. Es un desesperado, y como tal se lo respeta.
Volviendo a la película. El avión que pilotea Denzel
Washington tiene una falla mecánica, “estaba perdido desde el principio”, como
afirma el copiloto, un evangelista culpógeno pero buen compañero, al fin. Atraviesa
una feroz tormenta, vuela invertido, planea con los motores apagados y aterriza
salvando 100, de las 106 vidas que tiene a cargo. El avión y Denzel son un mismo
personaje, desesperado, perdido de antemano, borracho como una cuba y con una
probidad para sortear circunstancias excepcionales que sólo la poseen los
iluminados.
Zemeckis, el mismo director de Volver Al Futuro y por si
estás dormido te recuerdo que produjo Los cuentos de la cripta, toma una
decisión importante: después del accidente es que empieza el verdadero drama.
El protagonista, un alcohólico tratando de huir de su principal fantasma, sin
echarle la culpa a nadie.
Lo bueno de los americanos y su relación con el alcoholismo,
como dice Mauro, es que lo miran de frente. Nadie puede olvidar las latas de
cerveza vacías frente al televisor encendido en los cuentos de Raymond Carver, de las
botellas adentro de papel madera que recorren los anocheceres de Robert de Niro
en “Stone”, ó las épicas aventuras etílicas de Mickey Roucke, en Mariposas de
la Noche. Para poder reflejarse ahí, hay
que perder la vergüenza, y los americanos tienen como virtud esa condición,
mostrarse tal cual son, sacan a relucir sus miserias sin siquiera ruborizarse
un poquito. Materia pendiente del cine argentino, fundamentalmente del cine
comercial, como el de Campanella, que responde al imaginario social de una
clase media deteriorada por la crisis, y para la cual, la idea de hacer justicia,
es salir en Telenoche.
Cuando yo, Gripi, tenía diecisiete años. Me anoté en el CBC
como todo el mundo, me acuerdo que ese
verano se me había dado por leer a Nietzsche. Desde la separación de mis
padres, empecé a ver sólo los sábados a
la nochecita a mi papá. Bueno, en una de esas tardes, se me ocurrió preguntarle por la diferencia
entre la moral y la ética. Mi viejo, que gusta mucho del vermuth y el arte de
la conversación, lo resumió del siguiente modo para alguien que desconocía casi
todo sobre la filosofía en general y en particular, excepto las máximas
explosivas de Nietzsche. La ética, Griselda, es la búsqueda del bien, es una
ciencia, es la búsqueda implacable de lo “bueno”, la moral, es siempre “de
acuerdo a valores”, es cosa del momento.
Y ahí cerró la conversación porque no era un tema que lo desvelara.
Cada vez que veo una película de juicio, como un poco es El
Vuelo, con sus declaraciones, artimañas, pruebas y contrapruebas, me da la
misma sensación: que las leyes son cosa “del momento”.
Gripi.
sábado, 16 de febrero de 2013
Guacamole
![]() |
Castaneda tapándose la cara. Sostenía que las fotos robaban un pedazo de alma |
Hace aproximadamente quince años que no dejo de volver una y otra vez a los libros de Carlos Castaneda. Relatos de Poder, el Fuego interior y Viaje Ixlan, son para mí como El Nuevo Testamento, cual cristiano ferviente. Cada vez que vuelvo a las conversaciones entre Don Juan -indio yaqui y hombre de conocimiento, que imparte su saberes a los que él llama “discípulos”-, y Carlos Castaneda- antropólogo occidental y seguidor del simpático Brujo. Al cual conoce en circunstancias extraordinarias como diría Don Juan, realizándole una entrevista para su tesis sobre las plantas alucinógenas del desierto de México-, descubro un concepto nuevo, o una idea que había pasado desapercibida en una primer lectura. Como las canciones de Los Beatles, uno no se aburre nunca, aunque las escuchase mil veces.
En el desarrollo de
la lectura de estos libros, uno percibe la transformación del protagonista que
escribe en primera persona las crónicas de sus experiencias y diálogos con su maestro brujo
Don Juan Matus. Todos los valores y razones que sostienen a Carlos Castaneda,
propias del hombre racional y moderno, se van derrumbando como un castillo de naipes
mientras avanza en el camino del conocimiento.
El objetivo fundamental de esta breve reseña sobre los
libros de Carlos Castaneda es despertar cierta curiosidad, con suerte, en los
lectores de este blog (¿existen?) para que vayan a la sección de esoterismo de
las librerías y compren o roben, es mejor robar una librería que fundarla, “Relatos
de Poder”, como primer libro, angular e iniciático, en este maravilloso mundo
del conocimiento. Repito y aconsejo, son libros muy útiles para resolver
cuestiones y peripecias de nuestra vida mundana.
De los conceptos que hizo más mella en mi persona es el de “Restarse
importancia personal”
Yo andaba por ahí tomándome demasiado en serio. Cualquier
cosa que me decían me ofendía y levantaba el tono de voz como un idiota cuando discutía
de política, por ejemplo, o en el mejor de los casos, me marchaba así nomás
porque las cosas no salían a mi modo. Era un caballo con anteojeras, estaba tan
pendiente de mi estado de ánimo que no percibía nada a mí alrededor. Toda esa época
se caracterizó por una soberbia idiota que tuvo su apogeo cuando cursaba el CBC.
Recuerdo que hablaba de marxismo, materialismo dialéctico, como si realmente
supiera. Le explicaba a todo el mundo
los pasos hacia al Comunismo. Una barrabasada tras otra, que más que darme fama
de iluminado me acercaba a ser un intratable. Las cosas que repetía una y otra vez, mal digeridas, no
tenían ningún sentido para mí. No vivía de acuerdo a mis palabras, ya que vivía
en las casa de mis padres, como un pequeño burgués consentido. Iba a las fiestas que organizábamos con mis
amigos y me jactaba en público de saber la fecha exacta de Revolución Francesa,
ó cual era el nombre de Trotsky, ó nimiedades por el estilo. Por suerte para
mi, otras personas me bajaron del caballo
en más de una ocasión. Desde ya se los
agradezco. Creo que el hecho de que otra persona te ubique es un acto sumamente generoso. Digo, tomarse la molestia de enseñarle a un necio,
no es moco de pavo
Bueno, justamente Don Juan hace eso, machaca y machaca, como
si se tratara de palta sobre ajimoto, sobre la cabecita occidental y pre juiciosa de
Castaneda, una y otra vez, sin conseguir demasiados logros. A medida que
avanzamos en la lectura, el lector se desespera un poco con este Carlitos tan lerdo e inepto y cobra simpatía la
figura de Don Juan, que es oportuno, gráfico e impecable. Carlos Castaneda
aprende la primera lección de Don Juan inmediatamente. Aunque se muestre tosco
y estructurado frente al lector, inclusive ante Don Juan. Su literatura
demuestra lo contrario. Él no tiene ningún problema en mostrarse como un idiota
frente a un indio pobre. Creo que ese es
el gran mérito de la literatura de Carlos Castaneda, pasa por ahí, haberse
restado importancia personal, eliminar su ego para hacer brillar su obra.
“La importancia personal es nuestro mayor enemigo” afirma
Don Juan ante un Castaneda que lo
escucha curioso. “Piénsalo, aquello que nos debilita es sentirnos ofendidos por
los hechos y mal hechos de nuestros semejantes” “Nuestra importancia personal requiere que
pasemos la mayor parte de nuestra vida ofendidos por alguien” concluye el viejo,
mientras Carlos Castaneda hace sus anotaciones en su libreta y se imagina ser
leído por millones.
Mauro.
jueves, 7 de febrero de 2013
Corazón Delator
Hoy vi una película en MGM. Se llama “Return to me”, es de
esas películas perdidas en el medio de la programación del cable, películas que
nunca se estrenaron en un cine, al menos acá. Películas, que si siguieran
existiendo los videoclubes serían las que quedan rezagadas en el escaparate, un
domingo de lluvia. La historia es medio
rebuscada y morbosa, y se intentó mil veces abordarla, creo que hay un filme de
Clint Eastwood con la misma temática y hasta una novela argentina, que pasó sin
pena ni gloria, protagonizada por Gabriel Corrado. El relato sería más o menos
el siguiente: alguien muere, preferentemente una mujer genial y exitosa, en
medio de la tragedia su esposo autoriza con todo el dolor del mundo, pero con
convicción, la donación de su corazón, el hombre queda derrumbado.
Con el paso del tiempo no logra atenuar su depresión, sin embargo, se enamora de una chica, que oh casualidad, es
la afortunada que recibió el trasplante, (la chica en cuestión, aunque menos
genial y exitosa, es joven y destila una candidez que da impresión).Todo es de
casualidad y sin saberlo. O sea, el viudo, se vuelve a enamorar del mismo
corazón pero con otro ser humano por fuera. Cuando los dos protagonistas de la
película se enteran de la increíble coincidencia, esto les genera una especie de dilema
existencial sobre el sentido de la muerte y las vueltas de la vida. La película
está protagonizada por el actor de los Expedientes X, Molder y la chica es
Minnie Driver, esa que tiene esa boca enorme y los ojitos brillantes y siempre
parece que se va a largar a llorar, ó a cagar de risa. Es más bien una comedia
dramática.. Minnie Driver, por si no se acuerdan, aparece en la primer película
que produjeron y guionaron Matt Dammon y Ben Afleck, (antes de la bosta de Argo
y en la época que andaba con Jennifer López, creo), cuando escribieron ese
guión que era un poco inteligente, sin exagerar. Trata básicamente de un pibe
que barre el piso en la universidad de Harvard y al final termina siendo un
genio. El chico es pobre, y para colmo de males, el padre lo cascaba todo el
tiempo. Ahí aparece el obvio de Robin
Williams haciendo de un psicoanalista sensiblero, que hace de cuenta que lo
cura. La parte más floja de la película, sin lugar a dudas. Se
llama “Good will hunting”, sino me acuerdo mal, acá la tradujeron como “En
busca del destino”, ó un título vergonzoso por el estilo. Volviendo a nuestra chica,
Minnie Driver, ella hacía de la novia de
Dammon y se gana ese lugar con un chiste buenísimo sobre el sexo oral entre los
ancianos y un tema de dientes postizos y cosas por el estilo que la hacen
quedar muy bien. Bueno la película en general es bastante boluda, un clishé
atrás de otro: familia italiana, viejitos simpáticos que juegan a las cartas,
Joe Belushi haciendo el eterno papel de padre de familia americana, hasta en la
escena final que se van a Roma y aparecen unas monjas y todo. La película se
trataría de un fiasco absoluto, como una torta rellena de mermelada (o sea,
incomible), sino fuera porque a lo largo de toda esa garrafada de lugares
comunes, la camisita floreada y la bicicleta roja con canastita, y Minnie
Driver abriendo los ojos bien grandes y Molder haciendo de Molder, que es lo
único que le sale. Esos lugares y esas familias de juguete que los americanos
hace años que nos vienen haciendo tragar,
con toda su mierda de heladeras de dos puertas de acero inoxidable y cerveza en
porrón, y jardincito con hamaca, y la mar en coche. En fin, todo eso no tendría sentido, si no fuera porque gira en torno a un corazón muerto, que sigue
latiendo, y a eso no hay con que darle.
Gripi.
jueves, 10 de enero de 2013
Diario de viaje a Córdoba
Asado a leña de fin de año en camping El Durazno
Preparativos: Arrancamos diez horas más tarde de lo previsto. El auto regula en tres cilindros cuando lo paso a nafta. Quise solucionarlo en el taller mecánico de “Papichurro” pero evidentemente es un problema por encima de su enorme capacidad: el complejo del sistema de inyección, se menciona la palabra scanner y computadora sin llegar a ninguna solución. No tengo el dinero necesario, ni el tiempo suficiente para poder solucionarlo. Decidimos con Gripi y los chicos, Camilo, Román y Cielo, partir hacia Córdoba con el auto en esas condiciones. Buscamos por ruta 0 un camino para optimizar el GNC. Ruta 8 es la solución y el Gauchito Gil nuestro protector.
Nuevo desperfecto técnico: Descubrimos a la altura de
Pergamino que cuando prendemos el aire acondicionado, suena horriblemente la correa del alternador:
-¡”Papichurro” la puta que te…..!- grité sacando la cabeza por la ventanilla.
Parada estratégica: La noche cerrada nos
obliga a detenernos en un minúsculo pueblo del sur de Córdoba, llamado Chazón.
De pura casualidad conocemos al intendente del pueblo en un almacén de ramos
generales, le contamos los pormenores de nuestra situación tirándonos un
poquito abajo, nos invita acampar en el
Club Municipal del pueblo. Mientras armamos las carpa, se organiza en el club una fiesta. ¡Karaoke y baile toda lo noche! Adentro de la
carpa el piso tiembla y dormitamos con intervalos. “Nene Malo” suena hasta
altas horas de la madrugada:
-“Como me gusta la noche, como me gusta la noche, como me
gusta la noche, las rochas y las chetas bailando en mi coche…”-
Segundo día: Retomamos viaje 9.00 am, muy agradecidos por la hospitalidad recibida
de los parroquianos de Chazón. Nos
dieron comida y alojamiento gratuito. No por casualidad el nombre del intendente es Ernesto.
Después de soportar un viaje vibrante, con tres niños peleándose
en el asiento trasero, una multa de setecientos pesos por no llevar cinturón de
seguridad y las indicaciones poco claras de los lugareños, llegamos exhaustos al camping paradisiaco del
Durazno, partido de Yacanto de Calamuchita. Hicimos el camino inverso de Adán y
Eva: Del Infierno fuimos a parar al Paraíso.
Pasamos fin de año con un cielo lleno de estrellas y un río
inquieto siempre presente. Román nos enseñó los luceros que guiaron a los Reyes
Magos hasta el niño Jesús. Conversamos largo
y tendido. La gordita se durmió primero. Camilo y Román decidieron dormir en el
auto porque en la carpa hacía mucho frío. Pasamos tres días maravillosos con
dos noches muy frías. Cielo aprendió a bailar el gangnam style el 31 a las doce,
con un cordobés de cuatro años llamado Emiliano.
El Durazno
Sofía y Cielo en la playa del Durazno. Gripi saca la foto.
El Durazno
Sofía y Cielo en la playa del Durazno. Gripi saca la foto.
¡Peligro! El auto tiene una pérdida de gas, ya tres
campamenteros me lo advirtieron. Yo sólo
trato de no aparcarlo cerca de una parrilla. Probé con un taller mecánico en Córdoba
capital, pero no hago buenas migas con el técnico. El habla efusivamente de
válvulas y pistones, pero no me acerca una solución. Pregunto todo el tiempo
¿ustedes sienten olor a gas?, con el correr de las horas mis compañeros de ruta
ya ni me responden… Seguimos camino a Capilla del Monte a pesar de las
contingencias.
Capilla del Monte es un pueblo al cual lo bordean las faldas
del Cerro Uritorco. La ciudad que parece sacada de un cuento gótico, cuenta con
una parroquia hecha en piedra, ladrillo y hormigón rústico. Según la leyenda
del lugar está construida sobre un cementerio indio. Las calles por la noche
son oscuras y silenciosas.
Los pueblerinos son
de cuerpos fibrosos, pero de carácter taciturno. Camilo y Román fueron al
centro y compraron ropa marciana, que tiene mucha onda. Gripi y yo no paramos
de hacer tareas domésticas, como lavar ropa, juntar leña y calentar agua.
De izq a der: Mauro, Román, Camilo, plaza de San Marcos Sierra.
De izq a der: Mauro, Román, Camilo, plaza de San Marcos Sierra.
Mirás para los costados y están siempre ahí, los cerros que
te aquietan el alma. Venía con un montón de preguntas para la montaña y ahora
me las olvide todas. Me respondió eso: que aprenda a olvidarme. En Capilla hay
tantos niños como personas adultas, es una buena proporción. Me prometo no
quedarme demasiado en lugares que no respeten este porcentaje. Gripi
“¿Te gusta la cerveza papi? Porque a mí me gusta la coca”. Ana Cielo.
Llevo un envase de cerveza Córdoba en la mochila “Barby” de
Ana Cielo. Pero casi no tengo tiempo para cargarla. Estoy del tobogán a las
hamacas. ¡Cielo no para! Espero poder tomar una cerveza bien fría en estás vacaciones. Mauro
Conflicto en el grupo: Hoy se avecinó un frente de tormenta. Nos peleamos todos los
miembros del grupo y casi nos volvemos con la cabeza gacha por ruta ocho. Por
suerte la sabiduría del cerro nos iluminó y pudimos conversar sobre las cosas
que nos molestaban del otro. En fin, cada uno aportó lo suyo. Aunque nadie
cambió de opinión, nos dimos cuenta que
todos queríamos lo mismo, subir al cerro Uritorco por el camino alternativo.
Culebrón estival: Camilo esta coqueteando con la vecinita del dormis de al
lado. El padre de la nena es “Amo y Señor” de la familia; la típica familia
patriarcal cordobesa. Estefanía es el nombre de la princesita que se muestra
interesada ante cada monería que hace Camilo. Ayer a la noche la interceptó
camino al baño y la atacó a preguntas: -¿Sabés que el centro está a seis
cuadras?- -¿Conocés un lugar para ir a bailar?-.
Espero que Camilo sepa manejarse con precaución, caso contrario, el padre, castigador por
herencia, nos va a cascar a todos.
El camino del conocimiento: Hicimos un aliado con Gripi, se llama señor Kosta, oriundo de Capilla. Tez morena,
de unos cincuenta y cinco años de edad. Tiene un bar cerca de la terminal de ómnibus,
pero el bar es sólo una fachada. Su verdadera vocación es el camino del
conocimiento. Después de la segunda cerveza le pregunto si conocía alguien que
se especializara en GNC, porqué mi auto tiene una fuga de gas en la válvula, le
explico. Me orientó hacia la persona indicada. El nagual Claudio, que vive en
las afuera del pueblo, me enseñó como cerrar la pérdida de gas cuando apago el
motor. Desde entonces, viajamos más tranquilos.
Salimos de Capilla rumbo a San Miguel de los Rios. En el
camino hicimos una parada en Villa General Belgrano para proveernos de alimentos
en nuestra estadía en San Miguel.
Villa General Belgrano: es una aldea ordenadita como living
de psicópata, pero nos sirvió para recorrer un poco la Alemania antes del “39 y
comprar víveres para nuestra última parada. En la villa abundan los locales de
cerveza artesanal, oktoberfest, madera a la vista, casas de té, cartelería
alemana… Gordos fofos y rosados, como un delfín en un estanque en el que no
entra ninguna otra especie. La perlita del lugar: “Adolfito”, regalería y
jabones artesanales.
San Miguel de los Ríos
Llegamos a media tarde a un angosto vado surcado por un río
torrentoso que baja del cerro como una serpiente plateada. El camping es
Ecofriendly. No hay luz eléctrica. Utilizan paneles solares para acumular energía
durante el día, para usarla de noche. Es un lugar muy tranquilo y de noche se
ve el cielo como en el planetario. Román sabe cuál es el cinturón de Orión y
afirma que los cometas están hechos de hielo y fuego. Mientras cenábamos, Camilo
y Román se pelearon casi a las piñas. Camilo se fue y no regreso hasta las 2
AM. Fue un momento de mierda.
San Miguel de los Ríos
San Miguel de los Ríos
Ultimo día de camping
Camilo y Román se amigan y pasan la tarde y la noche con un
grupo de chicos y chicas. Juegan a Verdad/Consecuencia, a la botellita. La
pasan realmente bien, los chicos se manejan solos y nosotros respiramos un poco.
Todos por primera vez nos sentimos parte del lugar y fantaseamos secretamente
vivir sin luz eléctrica y convertirnos en leñadores, excepto el auto, que
pierde gas en grandes cantidades.
-El auto está enfermado- Cielo.
Regreso
Día ocho de enero, amanece lloviendo. Seguimos durmiendo
mientras comienza a desatarse una tormenta y a humedecerse el piso de la carpa.
Cielo duerme como un oso panda y oímos como todo el mundo empieza a levantar
campamento. Cargamos los bolsos y nos marchamos en medio de la ventisca. Si el
río crece nos vamos a tener que quedar una semana.
Al viaje de vuelta le ponemos diez horitas, la ruta lechera
plagada de camiones y peajes injustificados, no nos detiene. La correa del
alternador si lo hace, rompiéndose en Santa Fé. Nuevamente se nos presenta un desafio. Quedamos detenidos en la banquina, miro a nuestro alrededor y sólo diviso a trescientos metros un hotel alojamiento. Me traslado hacia allí. Conozco un aliado inesperado, un hombre afable, con el torso desnudo, me recibe en el hotel alojamiento Venus. Me
da la dirección del mecánico del pueblo más cercano: Wheelright y me indica una muy buena estrategia para llegar sin la correa del alternador. Llegamos al fin al mecánico del pueblo. Todo sale muy bien. Siento un gran alivio, Dios nos ayudó. El mecánico es un hombre
sumamente gentil, cambia la correa rápidamente, no me cobra caro y seguimos
camino. Me gustaría poder vivir ahí para
poder tener de una vez por todas, un buen mecánico.
Los chicos están cansados, violentos y pedigüeños en el
asiento de atrás. A lo largo de todo el recorrido Camilo y Román repasan toda
la historia de Dragon Ball Z.
¿Mauro, cuando llegamos, me llevás directo a mi casa, ó
antes comemos? Román.
Román: -Cielo no me pegués-
Cielo: -No fui yo, fue la Barbie-
-Yo esto en mi casa no lo hago ni en pedo- Camilo (dibujando).
Pasada la medianoche arribamos a Escalada como náufragos
tocando tierra firme después de cruzar el Atlántico. Prendemos uno con Gripi en
el patio. Los chicos miran la tele. En Buenos Aires un aluvión de novedades de
toda índole nos lleva por delante… Cuando por fin estoy apagando las luces de
mi casa para irme a dormir, empiezo a extrañar al gato.
Mauro.
Mauro.
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