viernes, 24 de febrero de 2023

Bajo el sol tremendo

La próxima vez no revolees la ropa tan lejos. No lo encuentro por ningún lado. Ya lo busqué debajo de la cama, en los pliegues de la sabana, sobre los muebles, pero no aparece.

No quiero excusarme, pero la voz aguardentosa de Antonio Fernández Llorente, no me ayuda en lo más mínimo. Yo probaría con Animal Planet o Discovery Kids la próxima vez. Hay que buscar otro sonido de ambiente.

La verdad es que veníamos bien, pero el hecho de levantarme, tener que ir a cerrar la puerta, prender la tele, no sé, me sacaron del clímax…  Quizás debamos asumir un margen de riesgo más alto, como se dice, un peligro inminente. ¿No te parece? El factor psicológico en el sexo, como en las películas de Hitchcock, es primordial.

¿No vas a decir nada? ¿Sólo vas a seguir jugando al tetris? Ya sé que no puedo ir al baño desnudo. Chocolate por la noticia. Aunque las probabilidades de cruzarme con C son ínfimas, no voy a tomar ese riesgo.

Tuve una imagen, era como si en pleno acto sexual, mi alma se hubiese elevado hasta el techo. Desde allí observaba a los dos. Tú, mirando con tus ojos de iguana mi glúteo izquierdo. Yo, nadando desnudo en el tumultuoso océano.

No sé que me asustaba más: no tener una tabla, de la cual sostenerme, o el color blanco teta de mi piel bajo el sol tremendo.