jueves, 7 de octubre de 2010

Sheena Hanes ( guión de cine) para Anita.

Personajes:
Sheena Hanes: entrevistada
John Talante: entrevistador
Mesero.

Escena I(Voz en off)
La tarde calurosa en que conocí a Shena Hanes duró mucho más que las casi tres horas de la entrevista. Al recordarla hoy, en mi oficina gris, creo que puedo sentir su ronroneante voz y el fuerte olor de sus colillas manchadas de rouge.
Nos encontramos en una fonda barata y escondida, seguramente queríamos pasar desapercibidos. Un salón semi vacío, unos pocos parroquianos y algunas moscas persistentes que rondaban en la cocina y las mesas del lugar. El mesero acodado en la barra despintada quedó atónito cuando Sheena entró. Guardo en mi memoria su nítida imagen: su pollera ceñida en las caderas, sus tacones demodeé y el cabello rojizo, desordenado, cayéndole en la frente. Cualquier hombre que hubiera estado enamorado alguna vez, habría caído en la trampa nuevamente con una sola de sus miradas. Sin embargo, ella no miraba a nadie, era esa clase de chica acostumbrada a acariciarse con las miradas ajenas y a no devolverlas. Si algo había aprendido a lo largo de su vida, era que una no puede andar por ahí flirteando con cualquiera, ya que ese era un hobby que salía demasiado caro...
-Durante la emisión de la voz en off las imágenes recorren el salón vacío, el ruido de un ventilador, una radio en el mostrador, con música country sonando, una campana de vidrio donde está encerrada una mosca, hasta acercarse a una mesa del fondo donde se encuentra el cronista-
-Miró de soslayo a mi mesa y caminó segura hacia mi, haciendo sonar rítmicamente sus zapatos de tacón en el piso de madera. Tomó asiento, luego de que le acercarse la silla, se corrió el vestido sensualmente y cruzó las piernas. Por último sacó un cigarrillo de su cigarrera y empinándolo con los dientes me pidió lumbre.
-Detalle de la brasa del cigarrillo encendiéndose-

Guión:
La imagen toma de frente a Sheena que mira hacia el costado izquierdo de la cámara (eventualmente puede mirar hacia fuera por una ventana), hablándole a John Talante que no se ve.
John Talante:- ¿Le ha costado llegar hasta aquí?-
Sheena: Lo suficiente, pero sigue valiendo la pena-, contesta sonriéndole de costado.
John Talante: ¿Puedo Tutearla?-
Sheena: - Puede hacer lo que quiera- contesta con sorna.
John Talante: Mucho mejor así. ¿Conoces el paradero de Led Suba?
Sheena:-Ja,ja,ja -suelta una carcajada débil- continua sarcástica -Sí, vive en una casita del árbol en Saint Louis y trabaja en un acuario, como domador de focas- Sheena da una pitada larga a su cigarrillo y se acomoda el cabello con gesto impaciente.-Disculpe caballero ¿Cuántas preguntas debo contestar hasta que me invite un trago?-.
Se produce un silencio entre los dos. La cámara queda fija y Sheena apaga el cigarrillo, bajando la mirada.
John Talante:-¡Caballero!- Llama en voz alta al mesero.Dirigiéndose a Sheena -Disculpa, ¿Qué quieres tomar?-
Sheena: -Ron con hielo para mi-contesta.
John Talante dirigiéndose nuevamente al mesero, levantando la mano -Que sea Una botella de ron y hielo, por favor.

John Talante: -¿Cómo se lleva con su hijo?
Sheena: -Se nota a la legua que la palabra sutileza no se halla en su maldito diccionario- Sheena enciende otro cigarrillo, se siente molesta. De repente parece iluminarse ante una idea que cruza por su mente, comienza hablar con aire jovial. -Propongo algo, no perdamos más el tiempo con su pseudo-cuestionario periodístico. Somos personas grandes, usted no me cae bien y no creo que esto se revierta a lo largo del tiempo- Lo dice sinceramente, sin ningún resentimiento y continua -Por lo tanto trataré de relatar mi efímero amorío con Led lo que dure esta botella- Sheena besa la botella de manera sensual, luego de que el mesero la apoye en la mesa. El mesero se queda tieso. Sheena sonríe divertida y sirve dos tragos, comienza a beber.Con la mirada ida comienza su relato:
-La primera vez que vi a Led Suba fue unas de esas noches donde uno ya percibe cierta atmósfera particular en el aire, lo recuerdo como si fuera el día de hoy. Era una noche de verano de fines de julio, esas noches de calor húmedo, donde a una le gustaría andar desnuda, más que vestida. Yo estaba con Gordon Todd Skinner -un polizón de los "Angeles del Infierno"- Todos creían que éramos pareja con Gordon, realmente no nos importaba lo que dijeran, creo que ese fue el gran mérito de nuestra generación, aplastar unas cuantas cucarachas, si señor, así lo creo-Toma un trago largo y suelta el humo entre sus dientes-Éramos grandes amigos con Gordon, teníamos algunos gustos en común: jugar a los flippers, tomar leche malteada y nuestra mayor tentación: los hombres con mirada de halcón. Anota esto chico, el otro gran mérito de nuestra generación fue ese, tentarnos… Hoy veo a estos chicos caminando por la calle y parecen todos unos malditos estudiantes de medicina o derecho, esperando que suene su maldito celular, ja,ja.- Sheena se recuesta en el respaldo de la silla, por un momento su mirada se torna ausente y comienza a sonreír a la lejanía como si recordara algo gracioso.
John Talante: -¿Sheena, donde está Led?, sabemos que usted es una de las pocas personas en el mundo que puede saberlo, ustedes tienen un hijo en común, estuvieron enamorados- La interrumpió John con tono suplicante.
Sheena: -Bueno, bueno... No nos pongamos melancólicos amigo... Sheena aspira el aire con un gesto cansado y en la radio comienza a sonar una balada. Permítame continuar, estábamos en... ¡Ah, ya sé! Con Gordon nos pasábamos noches enteras recorriendo en su Harley las calles de Seattle, buscando hombres con ojos de halcón, así como lo escucha, y por supuesto Led no se nos paso por alto, je, je; lo gracioso de esta anécdota es que cuando lo conocimos a Led, el trabajaba en un centro comercial disfrazado de Mickey Mouse. Pasaba el día sudando debajo de un traje de goma espuma y conformando a niños caprichosos. Luego me contó que estaba juntando dinero para viajar al norte, sin embargo, con Gordon nunca lo dudamos. La primera vez que lo vimos supimos al instante que detrás de la mascara de ratón capitalista había dos ojos de halcón. No me preguntes como lo supimos, lo cierto es que no nos equivocamos...
John Talante: -Ahora voy atando cabos, parece que tenía cierto fetiche con esa máscara- dice irónico e inmediatamente saca de su cartera, recortes periodísticos donde se ve claramente en las fotos centrales de las crónicas policiales a una persona con una máscara de Mickey Mouse, apuntando con una ametralladora al gerente de un Banco que tiene las manos en alto…
Sheena: -No lo puedo creer, pero si Mickey Mouse es un ratón bueno-, lo dice con expresión de asombro e inocencia perdida. John sonríe sin quererlo, pero luego recobra su semblante serio y le ordena: Continúa pero no me ocultes ningún detalle, esto se lo dice tomándola de la muñeca…

Sheena: -Okey, ya entendí, ahora si es tan amable, sáqueme de encima su mano de simio- dijo masajeándose la muñeca y luego continuó con su relato:
-Al principio no sabíamos cuál de los dos ganaría la apuesta, Gordon estaba absolutamente convencido que esa noche iba a terminarla revolcándose con Led, je,je… pero como sabes pequeño Johny, con Led nunca podías estar seguro-, hace una pausa, prende un cigarrillo y continua su relato como si contara una historia infantil, -Finalmente, una noche en el bar de Larry, mientras Gordon ganaba dinero jugando al pool, coincidimos con Led que era nuestro momento y comenzamos a tocarnos por debajo de la mesa. El resto es historia conocida John, no me haga contar más, no quiero abusar de su imaginación- Sheena volvió a llenar los dos vasos y le dedicó una mirada pícara.
John Talante: -¿Cuánto tiempo estuvieron juntos? ¿Led visita a su hijo? ¿Usted todavía lo ama?-

Sheena: -¡Por dios John! No lo hacía tan romántico, ja, ja. Pequeño Johnny, no sé de que se trataba exactamente, era….-, se pone pensativa y al fin se le ocurre que decir- Nuestra relación con Led era una relación atada con alfileres, pero eso no quita que el poco tiempo que estuvimos juntos jamás lo olvidaré, esos alfileres pincharon fuerte, si señor... Sheena se quiebra.
John Talante: -Quizás pueda resultar una pregunta tonta....- Se muestra dubitativo.

Sheena: -Descuida pequeño Johny, mi nivel de expectativas contigo está por el piso- Esto último lo dice arrastrando las palabras, como si de pronto su lengua se hubiera vuelto pesada.
John Talante: -¿Puede asegurarme, con certeza, que Red es hijo de Led Suba?-
Sheena: -Déjame ver...- busca algo en su cartera- que lástima....me olvidé el certificado de nacimiento y las vacunas - contesta con tono burlón. -John se tienta un poco.
John Talante: -No voy negarle que posee un humor corrosivo, que a veces puede resultar divertido, pero esto no tiene relación con la pregunta que le formulé- levanta un poco el tono de su voz.
Sheena: -Creo que es hora de acabar de una vez- se lleva la botella vacia hacia el ojo, como si fuera un prismático, hay destellos de odio en su mirada- pero antes voy a contestar a su pregunta, porque no tengo nada que esconder, como ya le dije anteriormente, Led tiene ojos de halcón...-
John Talante: -Por favor Sheena, sólo contésteme la pregunta-, interrumpe-
Sheena: -Si tan sólo me dejaras continuar, serías un taaaantito así más educado- junta graciosamente el pulgar y el índice mientras lo dice. -Cuando digo que Led tiene ojos de halcón, estoy representando metafóricamente una cualidad de él. Como seguramente sabes, el halcón es un ave que puede avistar a sus presas a una distancia mayor a los diez kilómetros, y su enfoque visual es de una nitidez muy superior al del ser humano- Sheena con un tono pedagógico y mordiendo las palabras, -De acuerdo a estas características que enumeré, pequeño Johny ¿Creés tú que un halcón no reconocería a su propio polluelo?. Es una pregunta retórica, no me conteste, shhh- Sheena pone su dedo sobre el labio de John.
John Talante: -No tienes dudas, ¿Verdad?- lo dice con voz trémula, su tono inquisidor ha desaparecido por completo. Sheena se levanta de la silla, se alisa la falda y se cuelga su cartera.
John Talante: -Un momento Sheena. ¿Quieres que te acerque a algún lado?-
Sheena: -No lo creo, vamos en sentido opuesto amigo- deja un billete debajo de su vaso y se retira. John la mira obnubilado. Luego pide al mesero la cuenta y cuando guarda sus cosas, se traspapela un recorte periodístico:
“El poeta maldito Red Suba, hijo del famoso ladrón de Banco: Led Suba- todavía prófugo y buscado en cinco estados- se interna en una clínica muy prestigiosa del Estado de Arkansas para rehabilitarse de su adicción a los analgésicos…”
John remarca con su bolígrafo las primeras palabras de la oración: “El poeta Red Suba…

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