Hoy vi una película en MGM. Se llama “Return to me”, es de
esas películas perdidas en el medio de la programación del cable, películas que
nunca se estrenaron en un cine, al menos acá. Películas, que si siguieran
existiendo los videoclubes serían las que quedan rezagadas en el escaparate, un
domingo de lluvia. La historia es medio
rebuscada y morbosa, y se intentó mil veces abordarla, creo que hay un filme de
Clint Eastwood con la misma temática y hasta una novela argentina, que pasó sin
pena ni gloria, protagonizada por Gabriel Corrado. El relato sería más o menos
el siguiente: alguien muere, preferentemente una mujer genial y exitosa, en
medio de la tragedia su esposo autoriza con todo el dolor del mundo, pero con
convicción, la donación de su corazón, el hombre queda derrumbado.
Con el paso del tiempo no logra atenuar su depresión, sin embargo, se enamora de una chica, que oh casualidad, es
la afortunada que recibió el trasplante, (la chica en cuestión, aunque menos
genial y exitosa, es joven y destila una candidez que da impresión).Todo es de
casualidad y sin saberlo. O sea, el viudo, se vuelve a enamorar del mismo
corazón pero con otro ser humano por fuera. Cuando los dos protagonistas de la
película se enteran de la increíble coincidencia, esto les genera una especie de dilema
existencial sobre el sentido de la muerte y las vueltas de la vida. La película
está protagonizada por el actor de los Expedientes X, Molder y la chica es
Minnie Driver, esa que tiene esa boca enorme y los ojitos brillantes y siempre
parece que se va a largar a llorar, ó a cagar de risa. Es más bien una comedia
dramática.. Minnie Driver, por si no se acuerdan, aparece en la primer película
que produjeron y guionaron Matt Dammon y Ben Afleck, (antes de la bosta de Argo
y en la época que andaba con Jennifer López, creo), cuando escribieron ese
guión que era un poco inteligente, sin exagerar. Trata básicamente de un pibe
que barre el piso en la universidad de Harvard y al final termina siendo un
genio. El chico es pobre, y para colmo de males, el padre lo cascaba todo el
tiempo. Ahí aparece el obvio de Robin
Williams haciendo de un psicoanalista sensiblero, que hace de cuenta que lo
cura. La parte más floja de la película, sin lugar a dudas. Se
llama “Good will hunting”, sino me acuerdo mal, acá la tradujeron como “En
busca del destino”, ó un título vergonzoso por el estilo. Volviendo a nuestra chica,
Minnie Driver, ella hacía de la novia de
Dammon y se gana ese lugar con un chiste buenísimo sobre el sexo oral entre los
ancianos y un tema de dientes postizos y cosas por el estilo que la hacen
quedar muy bien. Bueno la película en general es bastante boluda, un clishé
atrás de otro: familia italiana, viejitos simpáticos que juegan a las cartas,
Joe Belushi haciendo el eterno papel de padre de familia americana, hasta en la
escena final que se van a Roma y aparecen unas monjas y todo. La película se
trataría de un fiasco absoluto, como una torta rellena de mermelada (o sea,
incomible), sino fuera porque a lo largo de toda esa garrafada de lugares
comunes, la camisita floreada y la bicicleta roja con canastita, y Minnie
Driver abriendo los ojos bien grandes y Molder haciendo de Molder, que es lo
único que le sale. Esos lugares y esas familias de juguete que los americanos
hace años que nos vienen haciendo tragar,
con toda su mierda de heladeras de dos puertas de acero inoxidable y cerveza en
porrón, y jardincito con hamaca, y la mar en coche. En fin, todo eso no tendría sentido, si no fuera porque gira en torno a un corazón muerto, que sigue
latiendo, y a eso no hay con que darle.
Gripi.
1 comentario:
Lo que salva a la película son los viejos (parecidos a los que trabajan con Meg Ryan y Tim Robins y también salvan la película, pero son menos, mucho menos italianos) y los gags de Bonnie Hunt y Beluchi.
Linda sinopsis.
Publicar un comentario