Ensillé a la rana
para saltar
sobre el campo de amapolas.
Deshojé una margarita
para desnudar tu deseo.
Corté las espinas del rosal
para que ya no me duelas.
Mauro Salta Rana.
¡Escondete un rato dentro de nuestros cuentos, diarios, novelas, ensayos, fanzines y poemas! Descubrí a un canguro zombie, una tortuga velocista, un millonario suicida y muchos personajes más! Dale que ya empiezo a contar: 1,2,3......
Ensillé a la rana
para saltar
sobre el campo de amapolas.
Deshojé una margarita
para desnudar tu deseo.
Corté las espinas del rosal
para que ya no me duelas.
Mauro Salta Rana.
Como de niño, en la escuela, no me hablaron de los desaparecidos. Ya, de grande, voy hablar de ellos hasta que aparezcan.
Como de niño, en la escuela, me dijeron que sea competitivo, seguro y obediente. Hoy, de grande, les digo a los pibes que sean solidarios, sinceros y rebeldes.
Como de niño, la escuela, nunca me llevó a tocar las barbas del agua sedienta . Ya, de grande, acompaño a los pibes a construir sus castillos de arena.
Como de niño me gustaba jugar a esconderme. Ya, de grande, ayudo a los pibes a que se encuentren.
La batalla del Monte Longdon
Las voces inglesas se expanden y multiplican sobre la turba fría, como el ruido ahogado de la muerte en la noche brillante.
Agazapados bajo la tierra, dos soldados argentinos, no fuman, no se mueven, no se dicen nada, cambian silencio por silencio y miran hacia lo alto.
Soldados argentinos sólo conocidos por Dios
En el cementerio de Darwin caen lágrimas del cielo gris perla sobre las tumbas de dos muchachos argentinos que solo Dios veló.